El 27 de junio de este año, las voluntarias de OCACGT nos reunimos para reflexionar sobre nuestras vivencias de acoso callejero en tiempos de covid19. Después de varios meses de confinamiento, se nos ha hecho imposible no salir a las calles para responder a necesidades concretas, como adquirir víveres, trasladarnos a nuestros trabajos o cuidar de familiares que no viven con nosotras. Nos empezamos a preguntar: ¿cómo hemos vivido salir a las calles después y durante el confinamiento? ¿La mascarilla nos protege? ¿De qué nos protege de covid19?, pero ¿qué sucede con el acoso? ¿La mascarilla hace que sea más difícil identificar a los acosadores?
Ale Muralles, coordinadora del área de estudios, dirigió una actividad en línea para hacer una cartografía corporal en la que se incluyeron preguntas sobre emociones, experiencias, sensaciones y pensamientos vinculados a esas experiencias. También se habló sobre las redes que nos apoyan en estas situaciones de acoso. Ale nos pidió que pensáramos en nuestras experiencias de acoso callejero durante la pandemia, para luego hacer un dibujo de nuestros cuerpos en donde fuimos dibujando o escribiendo las sensaciones, emociones y pensamientos sobre esas experiencias en el momento en que las vivimos y en el actual, al hacer esta cartografía. Otro momento importante de la actividad fue dibujar una malla para identificar a quienes acudimos ante estas experiencias de violencia.
¿Qué identificamos?
Luego de hacer la cartografía compartimos nuestros dibujos, pensamientos y emociones, logramos identificar que:
- El acoso callejero “está ahí”, está presente como un fantasma cada vez que salimos a las calles, aún cuando no nos acosan invertimos esfuerzos en cuidarnos del acoso, caminamos vigilantes y alertas.
- El miedo de ser acosadas persiste aunque aún no hayamos tenido alguna experiencia de acoso durante la pandemia. A este miedo, ahora le sumamos el miedo al contagio de covid19.
- Identificamos como primer espacio de resistencia estas conversaciones para sacar la voz y contar lo que nos sucede en las calles, para ser escuchadas y poder compartir nuestras experiencias armando redes de apoyo.
Nuestras experiencias
Virginia
Los policías me dan miedo, en tiempos de convid19 su presencia es más frecuente y la posibilildad de acoso aumenta. En mi cuerpo, siento en el cuello el peso de la culpa, del silencio; por esto, es importante hablarlo entre nosotras. Las violencias se entrecruzan, la desconfianza hacia el otro ahora es aumentada por el miedo al contagio.
Dany
Salí después de tres meses de confinamiento y me gritaron cosas. Me dio miedo, empecé a correr. Me acosaron con mascarilla. El personal de seguridad como los PNC acosan, no confío en ellos, me hacen sentir miedo. En mi cuerpo, sentí dolor de estómago y de cabeza. No es la ropa, no es la hora, el problema son los hombres. Siento enojo porque no puedo ir al trabajo en paz.
Pili
Al salir a la calle siento más miedo que antes, estoy al pendiente del acoso, las violencias y ahora en la pandemia de enfermarme. El acoso callejero es un fantasma que tenemos siempre presente.
Lidia
Salí a una tienda, ya estaba pagando cuando un grupo de tres hombres con mascarilla no respetó el distanciamiento social, me les quedé viendo y estuve a punto de decirles que se alejaran, pero sentí miedo al pensar que si les exigía que cumplieran las precauciones por la pandemia luego al salir de la tienda me siguieran.
Óscar
No he vivido acoso callejero, pero mis amigas me han contado sus casos.
Ante estas experiencias, nuestro reto ahora es la consigna “Regresar a las calles sin miedo”, pues aún en pandemia con las recomendaciones del distanciamiento social nos siguen acosando, a pesar de la mascarilla vemos las miradas lascivas, escuchamos los silbidos y los piropos, pero ahora nosotras, no vemos la mitad de la cara de nuestros acosadores.
¿Qué hacer ante esta violencia que no disminuye ni en tiempos de covid19? Tiempos de miedo y de angustia ante la enfermedad y la muerte, tiempos de miedo al salir a las calles y contagiarnos, tiempos en el que seguimos con miedo a que nos acosen, porque… ¡Nos siguen acosando! Escrito por: Lidia Guerra