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Acoso callejero ¿Cómo lo perciben las y los estudiantes?

¿Reconocen las y los adolescentes el acoso callejero cuando se les presenta? Para saberlo realizamos un estudio con estudiantes de primero de secundaria en el Instituto Normal Mixto Rafael Aqueche y del Instituto Nacional de Educación Básica María Luisa Samayoa Lanuza. Nuestro objetivo fue identificar las percepciones y conocimientos sobre acoso callejero y compararlas entre las dos fases del estudio: antes y después de usar el libro “La calle donde quiero ser libre”.
PERCEPCIONES SOBRE ACOSO CALLEJERO EN ESTUDIANTES

Una versión de este artículo se escribió para La Boletina #8 Acoso Sexual de la Universidad Nacional de Colombia.

Por: Lidia Guerra, co-fundadora, asesora estratégica

En 2017 desde OCACGT creamos el libro “La calle donde quiero ser libre, historias para liberarse”. Este es un recurso formativo dirigido a adolescentes, contiene cinco capítulos mediados pedagógicamente en los que se tratan temas como: violencia, violencia contra las mujeres, violencia en los espacios públicos, y sexualidad: cómo conocer a nuevas personas.

Durante el 2018 y 2019, OCACGT ejecutamos el proyecto “La calle” con el apoyo financiero del Fondo Centroamericano de Mujeres, FCAM.  El objetivo principal de este proyecto fue llevar a cabo acciones con maestros y estudiantes para visibilizar el acoso callejero como violencia y proveer herramientas para prevenirlo. De este proyecto se desprende el estidio de percepción sobre acoso callejero en estudiantes de secundaria.

¿De qué trataba?

El estudio  se llevó a cabo con estudiantes de primero de secundaria en el Instituto Normal Mixto Rafael Aqueche, mixto con predominancia de hombres (68%) y otro solo de mujeres: Instituto Nacional de Educación Básica María Luisa Samayoa Lanuza. Participaron 324 estudiantes de ambos sexos, entre 11 y 17 años de edad, y la identidad étnica que predominó fue la mestiza. Nuestro objetivo fue identificar las percepciones y conocimientos sobre acoso callejero y compararlas entre las dos fases del estudio: antes y después de usar el libro “La calle donde quiero ser libre”.

¿Cómo lo hicimos?

La investigación estuvo a cargo de la coordinadora del área de estudios Licda. Virginia Jiménez; tuvo un enfoque cuantitativo y exploratorio de corte transversal, se realizó en dos etapas: antes de entregar el libro a les estudiantes y después de realizar una actividad formativa. Los datos se recolectaron por medio de un cuestionario con preguntas de opción múltiple y escala tipo de Likert. Los resultados fueron almacenados en una base de datos en Microsoft Excel y analizados con SPSS v22. Las categorías de análisis fueron: significado del acoso callejero, tipos de acoso sexual, tipos de acoso callejero, aceptación de mitos y experiencias de acoso.

¿Qué resultados obtuvimos?

Significado del acoso callejero

Les preguntamos a les estudiantes: ¿Cuál de las siguientes situaciones, cuando estás en la calle u otro espacio público, consideras que son acoso sexual callejero?, debían responder seleccionando todas las situaciones que consideraran acoso. En fase pre como en la fase post, los mayores porcentajes fueron para las situaciones de acoso callejero, evidenciando que reconocieron las características y elementos que definen a esta forma de violencia: su contenido sexual, la relación entre las personas (desde un desconocido), el carácter unidireccional (sin consentimiento), invasión a la intimidad, que ocurre en los espacios públicos y que causa emociones negativas. Esperábamos que en a fase post los porcentajes de reconocimiento aumentaran en cada situación de acoso, sin embargo, sucedió lo contrario. Ver la siguiente tabla:

Prácticas de acoso sexual callejero

Se les planteó una serie de comportamientos y/o situaciones que se podrían dar entre dos personas desconocidas en la calle, transporte y otros espacios públicos. Se les pidió que las analizaran y marcaran solamente una opción por cada situación. Las opciones de respuesta eran: delito de acoso sexual, otro delito, incorrecto o grosero y adecuado.

Estas fueron las prácticas que durante la fase pre y post obtuvieron los mayores porcentajes al reconocerlas como delito de acoso sexual.

Consideramos estos resultados positivos, pues nuestro objetivo es aumentar el reconocimiento de las diferentes prácticas de acoso callejero. En esta pregunta de nuevo se mantienen los porcentajes más bajos en las respuestas de los estudiantes del instituto mixto.

Las prácticas que más se reconocen como acoso callejero en ambos institutos son: recargas sobre los cuerpos en el trasporte público, tocamientos o agarrones. Las mujeres también reconocen como acoso callejero con altos porcentajes las miradas lascivas y las persecuciones o arrinconamientos; de manera muy interesante se evidencia que estas dos prácticas son reconocidas en menor porcentaje por parte de los hombres. Las miradas lascivas corresponden a una de las prácticas de acoso sexual a las que más estamos expuestas las mujeres no solo en los espacios públicos sino también en otros espacios como el trabajo, el lugar de estudios y además no solo por parte de desconocidos sino también de conocidos. Perseguir y arrinconar son prácticas que causan mucho miedo y que se consideran más violentas y que pueden dar lugar a otras formas de violencia sexual, de allí la importancia en tomar en cuenta llevar a cabo actividades dirigidas a que los hombres reconozcan estas prácticas como acoso callejero.

Por último, destacamos los bajos porcentajes en la fase pre en las prácticas de acoso callejero que están muy normalizadas en el contexto guatemaltecos: los silbidos, besos, bocinaos, jadeos y otros sonidos, que de manera importante en la fase post muestran un aumento en reconocerlas como acoso callejero.

Respecto a los registros audiovisuales, habrá que indagar más sobre cuáles son las razones por las que se le identifica como acoso callejero con porcentajes bajos.

 

Nuestras conclusiones

Este primer acercamiento a las percepciones de les estudiantes respecto al acoso callejero nos deja hallazgos importantes que guiarán nuestras futuras acciones. En general, les estudiantes reconocen de manera diferenciada las características del acoso callejero y las formas orales y físicas en las que se expresa. Sin embargo, creemos que aún encuentran dificultad al vincular sus propias experiencias con algunas prácticas de acoso callejero lo que les dificulta reconocerlas como tal.

Creemos que las diferencias que surgen entre hombres y mujeres al momento de reconocer las diferentes expresiones de acoso callejero responden a que el acoso es una violencia que en su mayoría se encarna en los cuerpos de las mujeres, por tanto, se les facilita reconocerla pues la han vivido. Esto es una aspecto importante a tomar en cuenta para diseñar procesos diferenciados entre mujeres y hombres pues tendrán distintos acercamientos. El objetivo común será reconocer el acoso callejero como violencia sexual, sin embargo, en el caso de los hombres también desaprenderlo, pues acosar forma parte de las enseñanzas relacionadas a la masculinidad (Guerra, 2020).

En cuanto a las estrategias para enfrentar esta forma de violencia, es importante reconocer la posibilidad que todos, tanto hombres como mujeres, tenemos experiencias de acoso callejero ya sea como víctimas, como testigos o como alguien a quien le contaron su historia de acoso.  Esto permite identificar un rol activo en su prevención, no solo en las mujeres por sufrirlo si no en los hombres como testigos y/o acosadores. Reconocer este rol activo conlleva reflexionar sobre las propias prácticas y tomar responsabilidad de nuestras acciones.

Respecto al rol que pueden tener les docentes en la prevención del acoso callejero, sabemos que su participación es importante y facilitaría la prevención no solo del acoso si no de la violencia sexual en general, dentro de las instituciones educativas, así como en otros espacios. Esta experiencia nos hizo comprender que es necesario que les maestres formen parte de procesos de educación integral en sexualidad que es un tema que sigue causando resistencia en la sociedad guatemalteca, esto permitiría un mejor acercamiento al acoso callejero en cuanto es una violencia sexual. Por otro lado, hemos identificado que les maestres que sí tienen interés en la prevención del acoso callejero necesitan además de los conocimientos, herramientas pedagógicas que les permitan desnormalizar esta violencia.

Nuestras futuras acciones se encaminarán a diseñar procesos más robustos de aprendizaje y desaprendizaje sobre el acoso callejero, a usar estrategias para plantear las situaciones de acoso callejero desde la vida cotidiana, las vivencias del cuerpo y a través de testimonios. El libro “La calle donde quiero ser libro, historias para liberarse”, es un recurso importante en la prevención del acoso callejero y propiciar su uso requiere de esas acciones formativas.

Trabajar con adolescentes de estas edades hace más factible cambiar los imaginarios que justifican el acoso callejero y además contribuye a prevenir otras formas de violencia sexual, les permite conocer formas sanas de entablar nuevas relaciones.


Bibliografía:

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